Reunidos en la Universidad Internacional de Andalucía, en su
sede de la Rábida (Huelva-España), entre los meses de Octubre y Noviembre del
2014, con motivo del I Curso de Experto en “Producción de Contenidos
Audiovisuales para Público Infantil”; un nutrido grupo interdisciplinar, con
representantes del mundo de la industria, el arte y la enseñanza, procedentes
de 11 países iberoamericanos, y tras varios meses de debate y puesta en común
decidimos por unanimidad, y sin ningún tipo de duda, creer en la
televisión infantil.
"Creer en la televisión infantil supone en primer lugar reivindicar su existencia, asumir que los niños tienen derecho a ser reconocidos como un público singular y complejo. Pero supone además plantearse qué es lo que hace que un programa reciba esta calificación ¿su horario de emisión?, ¿su narrativa?, ¿sus fines comerciales? No creemos en cualquier programa que se autoproclame para niños. No. Creemos en una verdadera televisión infantil.
Creemos en la Universidad y la Academia como agentes
fundamentales del proceso de creación de contenidos para los niños. Lo son,
porque una fundamentación teórica dota a la televisión infantil de un -más que
merecido- reconocimiento como producto cultural digno de estudio. Un objeto
poliédrico e ideológico, íntimamente ligado a los procesos
socioculturales, que evoluciona y forja
conciencias. Creemos en la Universidad, como impulsora del encuentro de los
distintos agentes del proceso de producción, que abre espacios de reflexión y
replanteamientos permanentes.
Creemos en una televisión infantil que estudia a su audiencia con rigor, que se sirve de la investigación cualitativa para entender al niño más allá de su faceta como consumidor. Estudios que pongan de manifiesto las auténticas necesidades y aspiraciones de una infancia avocada a vivir en una sociedad audiovisual, de una infancia con el derecho inalienable de disponer de una televisión de calidad.
Creemos en una televisión infantil que estudia a su audiencia con rigor, que se sirve de la investigación cualitativa para entender al niño más allá de su faceta como consumidor. Estudios que pongan de manifiesto las auténticas necesidades y aspiraciones de una infancia avocada a vivir en una sociedad audiovisual, de una infancia con el derecho inalienable de disponer de una televisión de calidad.
Creemos por tanto que los estados democráticos no pueden ser
ajenos a esta necesidad. Creemos en una televisión pública a la vanguardia de
la producción de contenidos infantiles, creativa, innovadora, arriesgada. Capaz
de competir con las cadenas privadas, pero sin perder su vocación formadora, su
sensibilidad social, su localismo y su capacidad de hablar a un niño concreto,
geográfica y políticamente localizado, que desea pensar su lugar en la sociedad
como ciudadano y no como consumidor.
Y a la vez, y sin ningún complejo, creemos en la industria.
Pero no en cualquier industria. Creemos en una industria fuerte y sólida,
fuente de trabajo para los profesionales de nuestros países. Industrias
nacionales que compitan de tú a tú con los imperios mediáticos norteamericanos.
Industrias valientes, sin complejos, que no parasiten las instituciones, sino
que sepan ganarse a golpe de calidad el reconocimiento de su público. Una
industria comprometida con las nuevas tecnologías, aventurera, que incorpore el
uso de las narrativas transmediáticas, los nuevos dispositivos y la
participación de los usuarios en sus producciones. Con profesionales formados y
competentes, cuyos conocimientos, solo sean superados por la pasión a su
trabajo. Creemos en una industria internacional, que sepa competir en
el mejor sentido de la palabra. Una industria iberoamericana, que entienda la
simbiosis de capitales, profesionales, y cultura como el único camino para
hacerse un hueco en el mercado internacional.
Creemos en la televisión infantil, como una forma de
cultura, como una necesidad de las sociedades, y como una industria rentable y
con futuro. Pero sobre todo, creemos en la televisión infantil porque creemos
en el niño. La infancia que es principio y final de todo nuestro proceso, ha de
ser nuestro referente y nuestra piedra angular. El niño como un espectador
inteligente y con sentido crítico, cuyos derechos no se reducen a consumir lo
que la televisión le ofrece, sino a ser interpelado, entretenido e inspirado a
partes iguales. Un niño de este siglo que tiene derecho a expresarse, que puede
crear y producir contenidos digitales y cuyas producciones deben ser tomadas en
cuenta por esa televisión infantil.
Solo así podremos crear una televisión desde y para el niño. Solo así. Asumiendo la
responsabilidad que implica volver a nuestros países, mirar al horizonte y
decir con convicción: Creemos en la Televisión Infantil".
Estudiantes del I Curso de Experto “Producción de Contenidos
Audiovisuales para el Público Infantil”
Dirección y Coordinación del Curso:
Prof. Dra. Jacqueline Sánchez Carrero
Prof. Mag. Yamile Sandoval Romero
Lic. Enrique A. Martínez López
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